La estatal del petróleo, PetroPerú, podría tener problemas en el futuro cercano por su afán de comprar los activos que la española Repsol tiene en el país (refinería La Pampilla, cadena de grifos y su planta envasadora de gas doméstico, Solgas), pues tendría que cargar con un muy pesado pasivo (deuda) de US$ 1,600 millones. Al hacer un desagregado del monto de los pasivos de Repsol, se deduce que solo La Pampilla debe más de US$ 700 millones, además de mantener pasivos contingentes por US$ 900 millones, asociados a la desulfurización de combustibles. "La deuda es real e inclusive podría ser mayor", comentó el economista especializado en hidrocarburos César Gutiérrez.