Recientemente, el viceministro de Interculturalidad, Iván Lanegra, declaró que "la Ley de Consulta Previa no apunta a aumentar las inversiones en el país, pero sí a fijar condiciones que les permitan desarrollarse mejor". Ese es el objetivo teórico pero todo apunta a que esa norma, en muchos casos, será causante de hechos violentos y a la postergación o supresión de inversiones importantes.Si es tan buena esa ley, ¿por qué el viceministro no ha cumplido con publicar la lista de los pueblos indígenas que estarían comprendidos en dicho sistema de consulta? Sabe que, una vez divulgada, al gobierno se le engendrarán múltiples frentes de otros poblados exigiendo, perentoriamente, ser incorporados pues el poder de tal inclusión es enorme. Eso de que la consulta previa no es vinculante, es una tontería y una ingenuidad, considerando la falta de coraje que han mostrado el presidente Humala y sus ministros para afrontar coacciones de agitadores sociales, imponer orden con firmeza y para defender los intereses nacionales antes que los de grupos minoritarios.Como complicará las inversiones la citada norma que el ente estatal, Perupetro, solo está licitando lotes petroleros en el mar. Total, a los peces y mariscos no hay que consultarles nada. Ya, antes de ponerse en pleno vigor la tal ley, varios proyectos, especialmente mineros y energéticos han sido impactados negativamente, ante revueltas de los poblados en sus zonas de influencia. ¿Y el gobierno? Mal, gracias, mirando de costado, escondiéndose y haciendo retroceder a los empresarios quienes se ven vulnerables y sin respaldo para proseguir con sus planes de inversión. No hay que ponerse del lado de los empresarios, pasando por encima de los pobladores, se trata de gobernar, impidiendo el abuso de algunos dirigentes que por politiquería o por corrupción, se aprovechan de la ignorancia de sus dirigidos para impedir proyectos que son buenos para el Perú. La referida ley será como la Hidra de Lerna, ese monstruo mortífero de varias cabezas, a quien por cada una que le amputaban se le regeneraban dos nuevas. Hércules, con astucia, valor y un trabajo en equipo, logró matar a la Hidra. Francamente, el presidente Humala y los componentes del Poder Ejecutivo, que sostenemos con la tuya y con la mía, carecen de esas cualidades, AFIRMA Ricardo Valcárcel, analista económico.
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