Las últimas semanas han sido agitadas para Doe Run y todo indica que las que están por venir lo serán aun más. Ayer, la empresa presentó al Ministerio de Energía y Minas (MEM) su pedido formal para extender su Programa de Adecuación y Manejo Ambiental (PAMA) hasta diciembre del 2010. De acuerdo con la minera, solo uno de los nueve proyectos considerados en el PAMA original quedará por concluir para diciembre del 2006 (la fecha de cierre que se busca posponer). El proyecto en cuestión, cuya culminación quedaría suspendida por cuatro años, es la construcción de tres plantas de ácido sulfúrico, encargadas de controlar los gases de azufre. En entrevista realizada en octubre con Día_1, el presidente de Doe Run Perú, Bruce Neil, adujo serios problemas financieros --efecto de la competencia china que golpeó el negocio de las refinerías a escala mundial-- para sustentar la imposibilidad de la empresa de cumplir en las fechas acordadas con sus compromisos ambientales. A esta situación 'imprevista' se suma, indicó, el hecho de que el PAMA inicial no consideraba una serie de puntos vitales, como la reducción de emisiones fugitivas, que están siendo contemplados ahora.Para algunos, todas estas razones hacen pleno sentido: Es aceptable que una empresa con problemas económicos y que además hereda problemas ambientales que datan de 80 años atrás, solicite una ampliación excepcional y que un Estado generoso promulgue 'oportunamente' un Decreto Supremo (DS 046) para apoyar a las empresas mineras, precisamente en casos excepcionales como este. Este es el punto de vista, por ejemplo, del gremio minero. El presidente de la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía, Carlos del Solar, ha expresado el sentir del sector al sostener que se trata de un caso excepcional, y que por tanto no tiene por qué sentar un mal precedente para el sector. Y Doe Run será la única en solicitar el beneficio en esta oportunidad.