TAREA. El nuevo presidente de la Confederación Nacional de Instituciones Empresariales Privadas (Confiep), Alfonso García Miró, ha reconocido que al llamado "gremio de gremios" le corresponde cambiar la percepción que tiene la mayoría de peruanos sobre las empresas y los empresarios. Consideramos que ese esfuerzo merece la pena, puesto que gracias a la iniciativa de los emprendedores, el país está logrando sobresalir en rubros como turismo, gastronomía y exportaciones para nichos de alto poder adquisitivo, entre muchos otros.Lo curioso es que, según el sitio en Internet de Confiep, los gremios que agrupan a las empresas de turismo y gastronomía (Canatur y Apega) no figuran en su lista de asociados. También están ausentes otros dos que poseen una importante presencia: la Sociedad Nacional de Industrias (SNI) y la Cámara de Comercio de Lima (CCL), que se retiraron hace varios años por discrepancias de fondo. Sería un logro rotundo que la nueva gestión de Confiep consiga convencer a estos cuatro gremios de que su aporte y participación será más significativo dentro de ella.Una tarea que ya ha comenzado y que García Miró buscará profundizar es la afiliación de más empresas del interior a través de las cuatro federaciones de cámaras (Fedecam Norte, Centro, Sur y Amazonía), y cambiar la percepción de esos empresarios, que la ven como una entidad "dedicada al interés de 50 grandes empresas y alejada del resto".Otro proyecto que deberá materializarse es el plan para calzar la oferta con la demanda laboral, el cual está orientado a adaptar la enseñanza y capacitación a los requerimientos de personal de las empresas. Quizás este sea el principal desafío de la Confiep, pues constituiría un aporte real del sector privado a la educación en el país, ya que los sucesivos gobiernos han fracasado en modernizarla en todos sus niveles, desde el primario hasta el superior.¿Quién mejor que los generadores de empleo para saber qué tipo de capacidades y habilidades necesita el mercado? Además de promover la productividad y la rentabilidad, el discurso empresarial también debe incidir en la creación de mejores empleos y en su compromiso por combatir prácticas antiéticas como la evasión tributaria y la discriminación laboral.