POR QUÉ. Es posible que muchos, en el Gobierno y también en las empresas, se hayan frotado las manos satisfechos al leer que en lo que va del año han disminuido los conflictos sociales. La PCM asegura que en febrero solo se registraron 62 (60 en enero) y la Defensoría fue más drástica, pues afirmó que al 31 de enero solo 69 empresas enfrentaban problemas de ese tipo, cuando un mes antes eran 91.Sin embargo, tales aseveraciones llevan a dar una mirada simplista y fugaz de lo que ocurre en el país, en lugar de profundizar qué es lo que realmente está sucediendo.No dudamos de que haya disminuido el número, pero sí cuestionamos que no se explique por qué es así y cómo es que supuestamente se han resuelto enfrentamientos que hasta no hace mucho mantenían paralizadas a empresas y actividades de terceros.Intuimos que una razón de este repentino repliegue son las inclemencias del clima. Las lluvias están produciendo tanta destrucción, que los comuneros están muy ocupados en custodiar sembríos y reconstruir casas. Lo probable es que cuando pase esta circunstancia retomarán las protestas.La segunda observación es que puede haber bajado el número de conflictos porque han sido resueltos los menos problemáticos, ya que los llamados emblemáticos siguen adelante. Conga, Cañaris, Tía María, Candarave, Pucamarca y otros, solo están adormecidos, esperando seguramente un mejor momento para actuar con la violencia de siempre.Lo tercero es que nos hemos acostumbrado a calificar como conflicto social a aquellos que durante un largo periodo mantienen paralizaciones y duros enfrentamientos con la Policía. Sin embargo, desde hace un tiempo, cualquiera, hasta amas de casa que reclaman agua, bloquea carreteras y después de unas cuantas horas retorna a su casa.Es importante leer con detenimiento los números, pues hay que explicarnos por qué suben o bajan, máxime si tenemos a un presidente que, como ha dicho LatinFinance, a veces se comporta como derechista y otras como izquierdista, alentando de esta manera expectativas en ambos lados.