Si algo deben valorar los políticos de todos los cuños, colores y tiendas políticas es la fragilidad de nuestro sistema democrático. Los electores confían en la democracia como forma de gobierno, pero desconfían de su aplicación en el Perú, algo explicable ante la incertidumbre que generan ciertas propuestas partidarias y la falta de credibilidad de las instituciones nacionales.La encuesta del nuevo Instituto de Opinión Pública de la Universidad Católica aplicada en Lima es para alarmarse: La insatisfacción en la democracia peruana es notoria y arrastra al Congreso y a casi todos los organismos electorales. Los partidos también salen mal parados, no obstante los encuestados reconocen que sin ellos no puede haber democracia. Los resultados reiteran la necesidad de un cambio de timón en las agrupaciones políticas, llamadas a escuchar al electorado y recoger sus expectativas. Los pedidos son claros: los ciudadanos quieren que los políticos expliquen cómo enfrentarán la falta de empleo, la inseguridad ciudadana y la corrupción.Independientemente de las preferencias políticas, rechazan la improvisación yexigen que los políticos tengan objetivos y metas claras, que sean honestos y ofrezcan confianza, y que tengan capacidad para tomar decisiones difíciles.¡Cuidado! Cerca del 30% de entrevistados es partidario de cambios sociales radicales, porque no percibe hasta ahora mejoras en su calidad de vida. ¿Escucharán los políticos su clamor?