CAMBIOS. Este es el momento adecuado para que el Gobierno, que está a punto de cumplir sus dos primeros años en el poder, tome acciones para recobrar la confianza que poco a poco está perdiendo la gente en todos los estratos sociales. Se corre el riesgo de perder el optimismo en una economía que no deja de crecer (algunas señales ya se dejan ver), y esto porque se siente al discurso político distante de la realidad.El jefe de Estado, sus ministros y asesores tienen que reaccionar y percatarse que la población comienza a tener la percepción de que poco se está haciendo para cumplir las promesas electorales y los compromisos que asumió Ollanta Humala cuando asumió la Presidencia de la República el 28 de julio del 2011.Las últimas encuestas han mostrado cómo ha bajado la popularidad del presidente, lo que tiene directa relación con la percepción que tiene la gente, como también dicen las encuestas, de que no se está cumpliendo con las promesas de poner más policías en las calles, y así brindar mayor y mejor seguridad, combatir severamente la corrupción, masificar el consumo de gas y disminuir el precio de este combustible, lo que es muy improbable lograr si no se cambia de rumbo.Al contrario, el Gobierno está cometiendo el error de incidir en medidas asistencialistas, en lugar de poner mayor fuerza en los planes de largo plazo, teniendo en cuenta que son estos los que propician un crecimiento económico ordenado y sostenido, y fomentan una real inclusión social. Un detalle importante es que a pesar de este asistencialismo, pierde respaldo en los niveles socioeconómicos más bajos y en las regiones norte y sur, pilares de su triunfo electoral. Además, el presidente, quien suele culpar a los gobiernos anteriores por los problemas que no puede resolver su administración, también debe fijarse que la frivolidad hizo mucho daño a ex gobernantes. Y esto lo decimos porque la inmensa mayoría cree que fue un error que haya viajado con su familia a la Antártida, sobre todo cuando Arequipa y otras zonas urbanas y rurales del país padecían los efectos de lluvias e inundaciones.El Gobierno necesita dar un golpe de timón, ahora mismo, porque más adelante puede ser muy tarde.