EL RETORNO DE MATHA
15 de diciembre de 2005

El retorno de Martha Chávez a su curul en el Congreso constituye la primera buena noticia para el fujimorismo desde que el prófugo ex presidente tomó la sorpresiva decisión de viajar a Santiago de Chile, donde quedó detenido -e incomunicado- a la espera del proceso de extradición solicitado por el gobierno peruano.Su presencia en el Parlamento, dado el vigoroso estilo político que la caracteriza, significará un fortalecimiento importante de la corriente fujimorista.La decisión de la Corte Suprema de Justicia que confirmó la sentencia que absolvió a la suspendida congresista de los cargos que se le imputaban por supuestamente haber recibido US$20 mil de Vladimiro Montesinos, la cual permitió el inmediato regreso de Chávez al Parlamento, es relevante por varios otros motivos más.El principal de ellos es que permite hacer justicia -aunque con mucha demora- en el caso de una política opositora al gobierno actual y que es emblemática de lo que fue un régimen que trituró el estado de derecho en el país y el sistema judicial, a través del reclutamiento en la planilla de Vladimiro Montesinos de una serie de jueces que se desempeñaban como peones de los intereses subalternos del gobierno de Alberto Fujimori.El que Chávez haya personificado en muchos sentidos a ese gobierno autocrático no debe ser obstáculo, sin embargo, para que ella no reciba un trato correcto por parte de la justicia durante un régimen que -con todas sus graves fallas- sí es democrático.Los fallos judiciales deben ser cumplidos aun cuando se trate de personas que -como Chávez- tuvieron un comportamiento políticamente muy incorrecto, pues desde su curul en el Congreso defendió todas las barbaridades y tropelías del fujimontesinismo. En las cortes, sin embargo, se ha demostrado que ella no cometió el delito por el que se le acusaba.La resolución judicial en el caso de Chávez también es relevante porque debería ser un argumento más para que Fujimori deje de escapar de la justicia y regrese al país para ser procesado, de acuerdo a ley, por los graves delitos por los que es acusado, señala el director de Perú 21, Augusto Alvarez Rodrich.