El ministro Merino, exhibiendo una torpeza sin parangón, ha manifestado el interés estatal de adquirir las estaciones de Repsol en Perú, para según su entender mejorar el precio de los combustibles en el mercado, afirma el especialista César Gutiérrez.Primero hay que aclarar que está a la venta la persona jurídica Refinería La Pampilla, propietaria de la unidad de refinación ubicada en las cercanías de Ventanilla en Lima y la cadena de cerca de 200 estaciones de servicio que son de propiedad de la empresa española.Es decir que el Estado peruano se haría del 100% de la refinación en el Perú, convirtiéndose en un monopolio, de efectos impredecibles en el mercado. Lo único seguro es que la pasarían muy mal las cadenas Primax y Pecsa, de capital privado.Un problema adicional lo constituirá la necesidad de capital para modernizar no solo Talara sino La Pampilla.Finalmente el desatino mayúsculo se da por hacer público una compra que se deberá hacer vía Bolsa de Valores donde la confidencialidad de la intención y el factor sorpresa son importantísimos.