El triple asesinato ocurrido el lunes en Paramonga y el sangriento asalto registrado en octubre último en Puno, donde un grupo de encapuchados acribillaron a tres mineros artesanales que transportaban bolsas con oro, prueban que un gran sector de la minería ilegal se ha aliado a otras actividades criminales para eliminar competidores y controlar el ilegal negocio.Así lo advirtió el especialista en temas mineros Juan Aste Daffós, quien cree que era solo cuestión de tiempo para que se produjeran ataques como los perpetrados en el norte chico de Lima y Puno contra empresarios informales dedicados a la extracción de minerales. Y es que, en opinión del experto, un gran sector de la minería informal y la minería ilegal están dando muestras de estar dispuestos a todo con tal de mantener sus millonarios ingresos."En muchos casos actúan como bandas o mafias que cometen actos violentos para lograr sus objetivos. Esto antes solo se veía en el narcotráfico", señala Aste Daffós, para quien este tema ha dejado de ser un asunto regional y se ha convertido en un problema nacional.