BIEN ORIENTADAS. En un contexto de abundancia de liquidez en el mercado mundial, las políticas macroeconómicas del país (monetaria y fiscal) han estado bien orientadas para manejar la entrada de mayores flujos de capital y el fuerte crecimiento del crédito interno. Pero podría no ser suficiente. Aparte del riesgo que representa la latente recesión mundial, se viene hablando del riesgo de una burbuja financiera en el país ocasionada por el mayor ingreso de capitales, que se estaría reflejando en un exceso de liquidez en la economía nacional que podría llevar a un sobrecalentamiento de nuestra economía (mayor crecimiento de la demanda e inversión) que presionaría los precios, en especial de algunos activos. Este riesgo ha sido descartado por el Banco Central (BCR) al afirmar que nuestra economía viene creciendo desde hace más de 10 años (excepto en la crisis del 2008) con el sustento de su producción y una demanda interna controlada con la tasa de interés. Es cierto que la tasa de referencia de la política monetaria se ha mantenido estable (en 4.25% desde mayo del 2011). También que el BCR ha elevado los requerimientos de encaje sustancialmente en los dos últimos años y ha comprado más de US$ 12,000 millones el año pasado en el mercado cambiario. Aún así, el tipo de cambio se apreció 4% el año pasado.Consideramos que la política económica debe estar lista para ser más flexible para responder a los riesgos de una demanda interna más dinámica, a mayores flujos de capital y al alto dinamismo del crédito. La tasa de interés de referencia debería mantenerse sin variación y se deben ajustar los encajes para evitar que el crédito se dispare. También habría que permitir mayor flexibilidad del tipo de cambio y ampliar las medidas orientadas a evitar un sobreendeudamiento externo de las empresas financieras. Incluso, si aumentaran los flujos de capitales del exterior (como todo indicaría) habría que pensar en medidas como elevar los límites para las inversiones de los fondos de pensiones en el exterior y en prepagos de la deuda externa pública. En un contexto en el que también se busca ampliar el gasto social y se están atendiendo demandas de aumentos salariales en el sector público, la coordinación de las políticas será clave.