¿Es lógico que, bajo el amparo del respeto a las libertades, se otorgue patente de corso a los cabecillas terroristas? Como si no bastara con la candidatura a la Presidencia de Víctor Polay, ahora Abimael Guzmán, cabecilla de Sendero Luminoso (SL), ha presentado como su segundo abogado al ex convicto Alfredo Crespo, uno de sus seguidores.Aunque la designación es cuestionable, lo que extraña es la actitud que asumieron ayer, en la Base Naval del Callao, los vocales de la Sala Nacional de Terrorismo, presidida por Pablo Talavera, quienes declararon improcedente la nulidad planteada por el procurador Guillermo Cabala y por la fiscal superior Luz Ibáñez quienes, desde el primer momento, se opusieron a que Crespo ejerciera la defensa de Guzmán.