Jhoney Damián Rivera, de 1 año y 9 meses de edad, tiene niveles de cobre en sangre (220 ug/dL) que superan ampliamente el rango de referencia. El 25 de julio inhaló junto a su madre y su hermana de 7 años partículas del concentrado de 14 metales dispersado en el aire tras la ruptura del mineroducto de Antamina a su paso por la pequeña comunidad de Santa Rosa de Cajacay (Áncash). Toda la familia, al igual que 42 de sus vecinos, fue hospitalizada en la Clínica San Pablo de Huaraz tras el accidente y dados de alta 72 horas después tras suministrarles suero y paracetamol. Pero los síntomas persistieron.En agosto, el Instituto Nacional de Salud hizo público que 7 niños de la comunidad tenían niveles de cobre en sangre por encima de los valores permisibles. Jhoney no se encuentra entre ellos ya que su análisis no fue realizado por esta entidad pública sino por Antamina. Con él, serían 8 los niños afectados cuyos resultados son conocidos.Al respecto, Walter Oyola, supervisor senior de Salud de Antamina, asegura que los 7 niños identificados por el Instituto Nacional de Salud tienen controles periódicos todos los meses "con buena evolución", pero manifiesta que ni los niños ni los adultos tienen dolencias relacionadas con la inhalación del concentrado de cobre. En el caso de Jhoney afirma que "no existe información de que sus síntomas estén relacionados con el evento (accidente)", aunque asegura que seguirán apoyando el caso.