Por segunda vez, el pleno del Parlamento rechazó la aplicación de trascendentales reformas electorales, como la eliminación de la "muerte civil" y la reducción de multas a los omisos al sufragio. En la segunda votación, el proyecto de ley que anulaba la "muerte civil" no alcanzó los 61 votos que se requerían como mínimo, por tratarse de la modificación de una ley orgánica. Apenas 37 legisladores votaron a favor, 33 en contra y 12 se abstuvieron. Este resultado se obtuvo porque Carlos Ferrero y Henry Pease convencieron a su bancada a votar en contra, al afirmar que el titular de la Comisión de Constitución, Antero Flores Aráoz, los había "engañado", porque promovía, de forma encubierta, el voto libre. Flores Aráoz, en su defensa, sostuvo que la propia Defensoría del Pueblo emitió un informe a favor de suprimir esas restricciones para no vulnerar los derechos humanos a través de la restricción de los derechos civiles.