Hace veinte años Petroperú vio la necesidad de ampliar la capacidad de su refinería de Talara en 50% a 95,000 barriles, con una inversión cercana a 100 millones de dólares. Diez años después, incluyó en el proyecto una planta para reducir el azufre en los productos derivados, y la inversión subió hasta 400 millones con estudios más formales.Posteriormente Petroperú realizó más estudios técnicos y económicos sin lograr plasmar la modernización de su refinería. Pero, con cada estudio, se revisaba la cifra de la inversión al alza, llegando a 1,700 millones hace pocos meses, sin mayor explicación para haber cuadruplicado la suma. Ya ese monto resultaba inaceptable para la empresa estatal, pues le generaría pérdidas insoportables, afectando su ya reducida rentabilidad y nivel de utilidades de la última década.Increíblemente, la semana pasada, el Ministro de Energía y Minas, Jorge Merino, anunció que el proyecto costaría 3,450 millones, acorde a los estudios de ingeniería realizados por la empresa Técnicas Reunidas de España. El abultado monto, 750% superior a lo estimado hace diez años, escapa de la posibilidad de llevarlo a cabo por parte de Petroperú sin que el Estado pague, con la tuya y con la mía, la mayor parte de la factura. Peor, como se ha comprobado en todos los megaproyectos, la inversión sería aún mayor cuando se ejecute. Esa cifra exorbitante hace deducir que la actual refinería de Talara es casi obsoleta y sin valor, y que adaptar esta modernización en base a sus actuales activos resulta más caro que fabricar una nueva. Es alarmante conocer este nuevo dato pues Petroperú no podría atender su misión principal: que su principal refinería funcione eficazmente para regular, en libre competencia, los precios de los derivados del petróleo al contar el Perú con solo dos refinerías importantes, La Pampilla y Talara.Al respecto, el gobierno debe tomar decisiones radicales pues no sería sensato que el Estado aporte a Petroperú esos miles de millones, detrayéndolos de otros proyectos de infraestructura con mayor impacto económico y social. Y si Petroperú es incapaz de ejecutar apropiadamente su tarea primordial ¿no es desatinado que se involucre en otros proyectos, que corresponden desarrollar a los inversionistas privados?