El presidente Barack Obama acaba de ganar su reelección en Estados Unidos y ya debe hacer frente al llamado "abismo fiscal". El mandatario deberá lograr un acuerdo entre el dividido Congreso norteamericano para evitar caer en el abismo fiscal, que implica una serie de fuertes recortes del gasto y el fin a exenciones impositivas en el 2013. En conjunto, ambas medidas implicarían un impacto negativo de US$ 600,000 millones en la economía de EE.UU. La implementación de estas medidas de ajustes, que si bien apuntan a reducir y hacer sostenible el nivel de endeudamiento, por lo menos apagarían la incipiente y debilitada recuperación de la economía norteamericana, si es que no la llevan a una nueva recesión. En estos momentos en que la crisis de la zona euro aún no tiene una solución a la vista, y recién China empieza a cobrar fuerza, una posible recesión en EE.UU. podría volver a agitar los mercados mundiales. Tras la reelección de Obama, las acciones en Wall Street registraron fuertes caídas al preverse unas complicadas negociaciones entre demócratas y republicanos, dado que la situación prácticamente no ha cambiado. Los republicanos controlan la Cámara de Representantes y los demócratas el Senado. Por ahora existe la amenaza de Moody’s de una rebaja de la calificación si es que no se logra un acuerdo que atenúe el impacto de los recortes automáticos, pero sobretodo, se esperan medidas que reduzcan y hagan sostenible el endeudamiento estadounidense. Las tratativas empiezan ya este mes y, al menos, los republicanos han expresado su disposición a negociar, pero ojalá se pueda lograr un acuerdo de largo plazo y no se repita lo del año pasado, cuando simplemente se pateó para adelante un problema que más temprano que tarde EE.UU. debe afrontar. EE.UU. necesita crecer para reducir su desempleo y brindar además apoyo para la recuperación mundial y de Latinoamérica, de la cual es un importante socio comercial. La clave es encontrar la manera de bajar su nivel de endeudamiento, sin dañar las perspectivas de su recuperación económica. Ese es uno de los grandes retos que afronta Obama. Aun así, esperemos que pese a esos retos pendientes, el presidente reelecto pueda tener una nueva mirada a la región, la cual ha sido algo descuidada por Washington en los últimos años.