Al escuchar hablar a los altos ejecutivos mineros sobre el retraso de sus megaproyectos, el recorte de costos y el hecho de que su meta principal debe ser el rendimiento del capital invertido, uno solo puede tener la sensación de estar experimentando un déja vu.Se siente como si de repente la industria minera se hubiera subido a una máquina del tiermpo y aterrizado justamente donde estaba la industria del gas y del petróleo a medidados de los noventa, afirma el director editorial de Commodities, Javier Blas.