Que Alberto Fujimori haya abierto dos cuentas (una en Japón y otra en Brasil) durante su primer gobierno podría ser solo un dato muy relevante en la larga lista de operaciones bancarias con que habría lucrado el ex mandatario. Sin embargo, que en la apertura de esas cuentas hayan intervenido funcionarios de la Cancillería de la República --tal como precisó El Comercio en su edición de ayer-- hace mucho más grave esta denuncia. Así también lo ha entendido el congresista Gustavo Pacheco (FIM), titular de la Comisión de Relaciones Exteriores del Parlamento, quien considera que es "urgente, crucial y vital" tomarle testimonio oficial al embajador Luis Macchiavello, recientemente retirado de su condición de embajador peruano en Tokio y principal conocedor de la existencia de las mencionadas cuentas."Sería muy grave si se comprobara que el embajador Macchiavello habría informado de estos movimientos a la cancillería, y esta no hubiera dicho nada", comentó Pacheco (por cierto, ayer intentamos abordar al canciller Óscar Maúrtua en el Congreso para consultarle sobre este tema, pero él prefirió evadir a la prensa retirándose por una puerta lateral del Palacio Legislativo).