CRISIS. Tras una seria de marchas y contramarchas, los líderes de la Eurozona anunciaron recientemente la intención del Banco Central Europeo de comprar ilimitadamente bonos de los países en problemas del bloque.Si bien la medida era de algún modo prevista, el anuncio impulsó a los mercados y al euro.Pero España aún no se decide por pedir ayuda al BCE, y es muy probable que lo haga en las próximas semanas, cuando al fin se anteponga el bien del país a los intereses políticos.El reciente anuncio del BCE puede marcar un quiebre en la crisis europea, siempre y cuando venga acompañado de un alineamiento de los líderes del bloque. De ese modo no se apagaría la luz al final del túnel, como ya sucedió en otras oportunidades en las que se anunciaron planes de salida a la crisis, pero inmediatamente después los mismos líderes se encargaban de ponerle trabas.El anuncio europeo antecedió al también esperado plan de la Reserva Federal, de una ilimitada compra de bonos hipotecarios por hasta US$ 40,000 millones hasta que se perciba una mejora en el sector laboral estadounidense.Con las nuevas medidas anticrisis y de estímulo anunciadas, se esperaría, de no surgir algún nuevo inconveniente, o trabas al interior de la propia Eurozona, que se empiecen a atenuar los peores temores sobre la ruptura del bloque, y ese sería un primer paso en la solución de la crisis europea.Asimismo, los planes de la Reserva Federal implicarán también una acentuación de los flujos de fondos hacia América Latina. Y el mayor flujo de capitales presionará aún más al alza a las monedas locales, entre ellas el sol.En esa "guerra cambiaria", Brasil lleva la delantera en la región y está decidido a evitar una mayor apreciación de su moneda, el real, lo cual le resta competitividad a sus exportaciones. Esas políticas tarde o temprano han de ser seguidas por otras naciones en Latinoamérica, ya que el dólar muestra una marcada tendencia a la baja en Colombia, Chile, México y el Perú, entre otros países. Por lo que se tendría que pasar de medidas de estímulo a medidas que contrarresten el impacto negativo de los flujos de capitales.Esperamos que las autoridades tengan el tino necesario para determinar el momento oportuno para implementar un giro en sus políticas económicas, tal como el nuevo contexto internacional lo exija.