Roberto Nayuri, nativo harakmbut de Puerto Luz, recuerda que hace diez años llegaron los mineros invasores con grandes máquinas para asentarse en sus terrenos comunales y extraer oro. Fueron cientos de ilegales que destruyeron grandes porciones de sus bosques, secaron sus quebradas con mercurio y al irse solo dejaron tierra muerta y lagunas parduzcas.Avanzaron lo que quisieron hastq que ellos, hastiados de tanto abuso, formaron un ejército y los enfrentaron con flechas. Lograron desalojarlos, pero no por mucho tiempo. Roberto cuenta esa historia a modo de relato mítico ahora que recorre lo que antaño eran selva y aguajales. Hoy es un desierto contaminado. Aun así, los ilegales están de vuelta con cargadoras frontales y retroexcavadoras para seguir destrozando la selva y aguajales.