UN PRESUPUESTO QUE NO DEBE SER COMO TODOS
5 de septiembre de 2012

CAUTELA. Las proyecciones macroeconómicas del proyecto de presupuesto público para el 2013, que presentó el ministro de Economía ante el Congreso, muestran optimismo por el futuro de nuestra economía, al punto que aun si los precios de nuestras exportaciones cayeran 10%, el presupuesto estaría equilibrado y no habría déficit fiscal en el 2013. Sin embargo, hay voces de alerta sobre otros riesgos como la desaceleración de la inversión pública que se reflejará en un superávit fiscal de 1% del PBI anual hasta el 2016, lo cual podría frenar el crecimiento. Consideramos que el presupuesto público para el 2013 no debe ser como todos los anteriores. Por ejemplo, la reforma salarial del Estado (reforma del Servicio Civil, cuyo proyecto remitirá el Ejecutivo en octubre) debe guardar coherencia con los aumentos salariales que plantea el proyecto de presupuesto para el 2013 (a los maestros, las FF.AA. y Policiales, Salud y Justicia). De lo contrario esos aumentos serían “parches” a un sistema público remunerativo que es un caos. Hay que evitar el error de la reforma del Sistema Privado de Pensiones, que dejó de lado al sistema público (ONPE) cuando es este el que urge reformar. Es positivo el avance que se propone en la implementación del presupuesto por resultados (que en el 2013 abarcará al 48% del total), pero lo que debe acelerarse es la evaluación de la ejecución física de las obras, aplicar sanciones a las autoridades que no cumplan con los objetivos, publicar sus nombres en los portales del Estado y premiar a aquellos que sí cumplan. Es también positivo que se le dé prioridad y aumente (en S/. 1,549 millones o 67%) el presupuesto para los programas de inclusión social, pero lo medular es garantizar la calidad de este gasto y evitar la filtración de los recursos (como se vio en Pensión 65). Además, hay estudios que muestran que los programas de transferencias condicionadas (Juntos), por ejemplo, no han tenido efectos redistributivos importantes y necesitan un mecanismo de "graduación". En suma, se debe atacar los problemas que limitan la eficiencia y el aumento de la productividad para garantizar un crecimiento sostenido con más inclusión social. El Congreso tiene ahora la palabra.

  • [Gestión,Pág. 18]
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