MEDIAS VERDADES
26 de agosto de 2012

En los últimos días, tanto el presidente Humala como el CEO de la empresa minera Newmont informaron que, si bien no se había cancelado el proyecto Conga, este avanzará de manera muy pausada y la empresa se concentrará primero en la construcción de los reservorios de agua para Cajamarca. Más que una conclusión, estas declaraciones son como cuando, en el aparente final de una película, aparece un inesperado "continuará".Con motivo de estas declaraciones, el presidente regional de Cajamarca ‘tuiteó’ desafiantemente: "Señor Humala. Olvídese de Conga". La opinión pública, según él, respaldaría su exigencia de detener definitivamente el proyecto, lo que estaría demostrado por una reciente encuesta de Ipsos Apoyo. Esta, recordemos, encontró que en Cajamarca el 78% de la población se encuentra en contra del proyecto Conga y solo un 15% a favor. De acuerdo con el señor Santos, "esa es una noticia para la opinión pública y para responder al enorme golpe que han recibido al enterarse que la cifra de rechazo a la minera es elevada" (sic). Sobre las declaraciones e inferencias que el señor Santos realiza a partir de la encuesta (y que han sido secundadas por más de un analista) hay, en realidad, mucho más que decir. Para empezar, que solo una fracción de lo que cuenta es cierto.Es cierto que el 78% de los encuestados rechaza el proyecto. Pero, por un lado, es falso que la encuesta muestre que la población cajamarquina no desee del todo que se ejecute Conga. El 36% de quienes rechazan el proyecto señala que podría cambiar de opinión si se cumplen diversas condiciones, como que la empresa se comprometa a no contaminar, a garantizar el agua, a aumentar sus aportes, a entregar beneficios a los vecinos y a ser supervisada por el Estado, entre otras. Es decir, gran cantidad de cajamarquinos apoyaría Conga si la empresa prometiera hacer ¡justamente lo que ha prometido!Increíblemente, una gran cantidad de encuestados desconoce que las condiciones bajo las que ellos aceptarían que se ejecute el proyecto ya se cumplieron. Así, lo que la encuesta realmente demuestra es que la población se encuentra terriblemente desinformada, pues si conociera la verdad del asunto, alrededor del 51% habría apoyado el proyecto y 42% lo habría rechazado.El uso que hacen de la encuesta el presidente regional y sus cajas de resonancia mediáticas es manipulador. Especialmente si se tiente en cuenta que es muy probable que parte del rechazo al proyecto derive de que los cajamarquinos quieren, naturalmente, que termine la situación de anarquía en su región que el gobierno fue incapaz de controlar. Sin la influencia de este factor es posible que todavía muchas menos personas se opusieran.Por otro lado, también es falso que, como sostiene el señor Santos, el gobierno esté en la obligación de detener definitivamente el proyecto (y lo seguiría siendo aún si fuese cierto que la mayoría de cajamarquinos compartiese esa opinión). No solo porque ellos no son el Perú (que, según la misma encuesta, sí apoya en su mayoría el proyecto Conga), sino porque no se trata de un tema que pueda ser sometido a consulta popular.En una democracia moderna las libertades individuales no pueden ser materia de votación. Sería inaceptable, por ejemplo, que la mayoría se ponga de acuerdo en privar del voto a los miembros de una raza, en confiscar la casa de un individuo sin una compensación o en privarlo de su derecho a expresarse libremente. Por eso, si una empresa –como en el caso de Newmont– cumple con los requisitos legales para iniciar actividades (como los ambientales, y respetar los derechos de los pobladores de la zona), ninguna mayoría tiene la facultad de impedir el ejercicio de su derecho constitucional a la libre empresa o el ejercicio del derecho al trabajo de los 4.500 empleados que van a tener que ser despedidos, o el de las 4.000 personas que antes se pensaba contratar.Las manipulaciones del señor Santos no nos sorprenden. Después de todo, siempre ha demostrado que su último interés es Cajamarca o el Perú, pues a los numerosos incidentes de violencia que protagonizó el movimiento que el señor Santos lidera y a las muertes y heridos que dicho grupo contribuyó a ocasionar, hay que sumar los S/.1,200 millones que ha hecho perder en los últimos 10 meses al comercio de su región, que ha visto interrumpidos sus negocios por las protestas. Gracias al señor Santos, y en palabras del vocero del Colectivo Cajamarca, la región está "casi en una hecatombe, como si hubiera ocurrido un terremoto como el de Pisco".Hay que tener cuidado con las medias verdades del señor Santos y de quienes le hacen eco. Especialmente porque, como decía Benjamin Franklin, una media verdad es sinónimo de una gran mentira.