CON LAS BARBAS EN REMOJO. Las últimas normas tributarias, promulgadas por el Ejecutivo al amparo de las facultades legislativas otorgadas por el Congreso, han tenido como principal objetivo combatir la evasión en la declaración y pago de impuestos -que es un delito- y la elusión -que no lo es-. No es la primera vez que el Estado "reforma" su marco legal tributario para incrementar las arcas del Tesoro Público, aunque en esta ocasión ha optado por medidas bastante severas que podrían generar serios problemas a quienes sí cumplen sus obligaciones.Ejemplos de estas leyes draconianas son la eliminación de la devolución del IGV a extranjeros y del derecho a crédito fiscal para profesionales que prestan servicios en el exterior, lo que afectaría la exportación de servicios y el turismo, dos actividades que se encuentran en pleno crecimiento. También figura la inclusión de la obligatoriedad de presentar garantías para solicitar medidas cautelares ante el Poder Judicial. Pero la modificación que realmente ha preocupado a los empresarios es la llamada "cláusula general antielusiva", que otorga a la autoridad tributaria la facultad de interpretar la ley cuando detecte indicios de elusión. Los expertos del sector privado advierten que esta disposición es arbitraria y hasta inconstitucional, y que desincentivará la inversión. El ministro de Economía ha defendido la reforma pero debe tener en cuenta que al igual que en el caso de los cambios al sistema privado de pensiones, la última palabra la termine dando el Tribunal Constitucional.Hay que recordar que en 1999 el Ejecutivo también promulgó una cláusula antielusiva, pero esta fue luego derogada por el Congreso. La insistencia en legislar al respecto muestra que el combate contra la elusión no ha estado dando frutos satisfactorios. Sin embargo, la experiencia internacional indica que esa lucha nunca es fácil.Lo que llama la atención en el caso peruano es que, como dice el refrán, se hará pagar a justos por pecadores. Consideramos que el gobierno debe poner más atención a la evasión, en lugar de continuar dictando normas que harán la vida más complicada a quienes sí cumplen sus obligaciones con el fisco.