En noviembre del 2003 entró en vigencia la Ley de Partidos Políticos, esfuerzo orientado a lograr la institucionalización del sistema democrático y la gobernabilidad del país.Ese impulso, para que los ciudadanos empiecen a confiar más en las instituciones organizadas y dejen de lado a los improvisados que llegan a las campañas electorales con mensajes populistas, empieza lentamente a ganar presencia en la ciudadanía.Así lo refleja una encuesta elaborada por la Universidad de Lima en la que se aprecia que el número de peruanos que no confía nada en los partidos ha empezado a reducirse lentamente.Sí preocupa que, en contraste con ese esfuerzo por cimentar las bases de un sistema cuya fuerza esté en las propuestas partidarias, la insatisfacción por el funcionamiento de la democracia se haya incrementado sustancialmente.