Ocho años después de que pasara de manos del estado a la empresa privada, la contaminación ambiental sigue siendo una papa caliente en La Oroya.Doe Run Perú (DRP), la empresa de capitales estadounidenses que heredó el complejo metalúrgico de manos de Centromín Perú, ha anunciado que, debido a su mala situación financiera, solicitará este mes la postergación del plazo de cumplimiento de su Plan de Adecuación y Manejo Ambiental (PAMA), y no por seis o doce meses, sino por cinco años, del 2006 al 2011. Y está haciendo esto amparándose en un decreto supremo (042) que para muchos se hizo a su medida.