No sabemos cuánto frío hace, pero sí que la nieve adquiere distintos tonos de blanco a medida que cae lateralmente arrastrada por los vientos. Estamos a bordo del avión presidencial, haciendo una escala técnica, de retorno a Lima desde Corea del Sur. Estamos sentados frente al jefe del Estado, Alejandro Toledo, que toma varias tazas de té, a pocas horas de haber compartido mesa con los otros 20 líderes de países que integran el Foro Económico Asia Pacífico (APEC). Ha cumplido, pues, su quinta participación en este cónclave de monstruos de la economía mundial, una experiencia que empezó en Shangái (China) el 2001, siguió en Ciudad de México el 2002, Bangkok (Tailandia) el 2003, Santiago de Chile el 2004 y que culminó en Pusán. Una oportunidad excelente para la reflexión.¿Tras ocho años de presencia peruana en el APEC, estamos en condiciones de participar de modo más equitativo en la competencia comercial mundial?El foro se creó en 1989, a mí me ha tocado participar desde el 2001 y sí veo los resultados concretos de estar en el APEC. Primero, porque estamos en la liga mayor, donde se concentra el 56% del PBI mundial y el 46% del comercio internacional, donde están países que deciden la paz y la guerra en el mundo y que tienen la tecnología de punta. Para el Perú, esto ha significado cambiar nuestro rostro económico. Ya no solo somos un país concentrado en exportar minerales, sino que hemos diversificado nuestras ofertas; hoy vendemos bienes agropecuarios, por ejemplo.